TESOROS


TESOROS
Todos los papis y mamis sabemos que para un niño de corta edad no hay nada más valioso que un palo. Ese objeto alargado que lo mismo sirve para pescar, para cavar o para pinchar el ojo del niño que tenga al lado. A esta edad también triunfan las piedras, las semillas, los papelitos y, por supuesto, un TANI (un Trozo de Algo que No puedes Identificar).
En muchas ocasiones la visión simple de un adulto interpreta todas estas cosas como «¡Caca!». Normalmente va con la coletilla «¡No se cogen las cosas del suelo!». Pero, pensemos un poco, todo depende de la edad que tenga la criatura y las cosas que encuentre en el suelo. Por alguna extraña y mágica razón, nuestros hijos e hijas interpretan que todos esos objetos son especiales y hay que meterlos dentro del bolsillo.
¡Mira! ¡Hay una cebra mirándome en el suelo!
Para conservarlos nosotros solemos utilizar una simple caja compartimentada y dejamos que el peque los clasifique a su manera. Esta caja llena de tesoros tiene otra utilidad, además de conservarlos, sirve para disponer siempre de objetos variados que luego incorporamos en dibujos, manualidades, juegos, collages, etc.